sábado, 17 de octubre de 2009

Danzantes de Isso

En la localidad de Isso hay una costumbre ancestral que se remonta a los primeros tiempos del Cristianismo dentro de la órbita del mundo romano, como son los Danzantes de Isso. Tienen una especial relevancia durante la Navidad. En este tiempo ponen un tinte especial que la da un cierto aire de originalidad a esta fiesta. Su origen está unido al mundo funerario de origen pagano iniciado en tiempos de los romanos de época pre-cristiana, antes de la introducción del cristianismo. Continuó después en la Edad media con las cofradías de las Benditas Ánimas del Purgatorio. Estaban presentes en las iglesias de Isso y de Hellín (en la iglesia de la Asunción hay una capilla de Ánimas). Las danzas puede que tengan más de 500 años de antigüedad y un origen de carácter funerario o guerrero, y se recuerda la costumbre, totalmente perdida, de que cuando los parientes de un fallecido lo solicitaban o al menos lo consentían, los danzantes se acercaban hasta la casa del duelo y entonaban cánticos para favorecer la ascensión al cielos del alma del difunto. Además de esta participación funeraria, los Danzantes de Isso también actuaban en la Misa del Gallo. El 25 de Diciembre entraban en el templo al término de la misa y entre el pasillo dejado por los feligreses, iniciaban una danza en torno al altar y más tarde se marchaban a los diferentes barrios de la pedanía a pedir limosna para la iglesia. Desde el 25 al 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes, se realizaba una peregrinación de puerta en puerta para recaudar fondos con destino a la Iglesia, y para sufragar misas a las "Ánimas Benditas", sobre todo en periodos anteriores cuando eran tan importantes las misas para los difuntos.

En tiempos no muy lejanos, existieron cuadrillas de hombres destinadas devotamente a la recogida de limosnas, en moneda o en forma de alimentos, que serían destinadas a sufragar los gastos de las misas destinadas a los difuntos, a las animas benditas, con el fin de evitarles o acortarles las penas del Purgatorio. Estos grupos estaban extendidos por todo el sureste peninsular, y se denominaban Cofradías de Ánimas o Animeros. Desarrollaban su función en tiempo navideño, ya que en tiempo de ánimas no estaba bien visto que se cantase o tocase instrumento alguno. Precediendo al periodo navideño, se realizaban durante nueve días seguidos las llamadas Misas de Gozo, en la madrugada, para preparar espiritualmente a los feligreses. Posteriormente el día 24 de Diciembre actuaban en la Misa del Gallo, con lo que daban inicio a su actividad propiamente dicha. A partir de este momento, las cuadrillas de animeros recorren la localidad agrupados bajo un estandarte, cuadro o lámina de la Virgen o algún Santo Patrón del lugar. Al llegar a la puerta de una casa se preguntaba "¿Se canta o se reza?". Con esta pregunta sabían si la familia celebraba feliz la Navidad, o por el contrario estaban de luto por un óbito reciente. En el primer caso los animeros entonaban villancicos y otras letras alegres, en el segundo rezaban con los vecinos apesadumbrados por la desgracia. Durante toda la Navidad los animeros realizan el mismo ritual y después del día de Reyes, con las viandas se organiza una comida para todos lo cofrades. En días señalados, se realizaban los Bailes de Ánimas, los asistentes al baile realizan las "pujas" que consistían en que cuando un mozo pretendía bailar con una moza, pagaba una cantidad a los cofrades, y si otro mozo quería quitarle la pareja, debería pagar una cantidad superior. También se debía pagar por las peticiones de piezas musicales, ingresándose por fin el total del dinero en el fondo de la cofradía. La totalidad del dinero recogido se entregaba a la parroquia correspondiente, quien se encargaba de distribuirlo, bien para misas, o bien para reparar o reponer instrumentos.

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